„Diario de Navarra - 13 de julio de 2019”
En este momento, hay más de 60 entre el refugio de Estella y los hogares de acogida
Desbordados, especialmente en lo referente a los gatos. A los abandonados y a los que viven en las colonias de la calle en un momento del calendario en el que los cachorros de las camadas de primavera intensifican la labor de las asociaciones protectoras que, ya de por sí, no bajan la guardia en todo el año. Pero es ahora, en pleno verano, cuando la estellesa Egapeludos y otras entidades similares de Navarra comparten la sensación de verse superados por momentos.
Aún con el respiro que supone el hecho de contar en Estella con dos refugios -el de perros y el de gatos- gestionados en ambos casos por Egapeludos, el llamamiento a la responsabilidad con las mascotas se repite. La protectora de animales Ribera de Navarra, con sede en Tudela, lo realizaba esta misma semana en su Facebook. “Cupo lleno”, indicaba en referencia a su imposibilidad de hacerse cargo de ningún animal más. Egapeludos se mostraba totalmente de acuerdo con sus compañeros, en especial en lo referente a los gatos.
Son 60 los que tienen en estos momentos bajo su protección entre el refugio de la antigua Canasa y los atendidos temporalmente en hogares de adopción. Algunos han sido abandonados por sus dueños. Otros, aunque nacidos en la calle, han sido recogidos con muy poco tiempo de vida porque, si se trata de animales adultos -muy territoriales y acostumbrados a la vida en la calle- se devuelven a la colonia de la que proceden una vez tratados por el veterinario para vacunarlo o esterilizar. Lo explica así Eneko Erce, integrante desde sus inicios en 2013 de Egapeludos, la protectora local que ha encontrado desde entonces un nuevo hogar a cientos de perros y gatos abandonados o nacidos en la calle.
Sin chip en la práctica totalidad de los casos, el gato queda en total desamparo ante un abandono para el que -subraya Eneko Erce- no hay estacionalidad porque, como ocurre con los perros, puede darse en cualquier momento del año. Desde Egapeludos, se refieren también a la importancia de mantener el control de las colonias dentro de un equilibrio natural que las hace beneficiosas para mantener también a raya a otras plagas. “Si se descontrola, genera problemas de insalubridad e incluso conflictos vecinales”, argumenta.
SEIS AÑOS DE ACTIVIDAD QUE HOY ALLANAN SU LABOR
“Después de seis años, sí encontramos que las puertas se nos abren hoy con más facilidad porque se conoce nuestra labor. Recibimos llamadas cualquier día y en cualquier momento porque hay abandonos todo el año pero, a la vez, contamos con más recursos para estas situaciones. También con más colaboración por parte de ayuntamientos o Policía porque cada vez se nos ve más como aliados, como alguien que ayuda a solucionar las cosas”, subraya Eneko Erce.
Con los 60 felinos bajo su protección y una decena de perros también entre el refugio canino y la acogida en hogares que colaboran con la asociación, Egapeludos se apoya en tres pilares. El espacio, con el que cuentan en los dos refugios. Los recursos económicos, muy importantes y para lo que recurren a mercadillos entre otras iniciativas. Y el factor humano, la gente disponible para atender ambos espacios además de responder a las llamadas los 365 días del año. De los tres, en un contexto común a otras asociaciones, Egapeludos tiene en la falta de voluntarios para llegar a todos los frentes el principal problema. Con 10 personas desplegadas, mantienen ambos refugios con el sacrificio personal que implica atenderlos a diario. “No cogemos animales de particulares, pero aún así prácticamente a diario recibimos avisos de perros y gatos”, señala el voluntario de Egapeludos, que destaca las ventajas de contar con dos refugios que permiten, al menos, dar una solución inmediata a las situaciones ante las que se encuentran.