„Diario de Navarra - 09 de febrero de 2022”
Mientras Policía Foral investigaba a un vecino de una localidad de Tierra Estella por arrojar a ocho cachorros al contenedor de la basura, la única superviviente de la camada, un cruce de mastín, salía adelante con la familia con la que todavía continúa
El pasado diciembre, una cachorrilla era la única superviviente de una camada de ocho perros arrojada dentro de un saco al contenedor en una localidad de Tierra Estella a la que se desplazó la protectora EgaPeludos tras recibir el aviso de un vecino que había salido a tirar la basura y escuchó unos gemidos entre los residuos. Mientras agentes de la Policía Foral adscritos a la brigada de Protección Medioambiental investigaban por ello a un hombre de 72 años como presunto autor de un delito de maltrato de animales domésticos, ella salía adelante al cuidado de la familia que la acogió desde el primer momento. Se llama Lumi, es un cruce de mastín de seis kilos de peso y pronto cumplirá dos meses de vida. Una perrita dulce y muy dócil que se ha ganado el cariño en casa de Almudena Narváez Guzmán, la vecina de Puente la Reina integrante de Katx Felina, la asociación que se hizo cargo del animal esa misma noche del 16 de diciembre.
EgaPeludos confío en ellas por su experiencia en lactantes y a su cargo sigue desde entonces. Almudena Narváez cuenta que llegó con hipotermia, con líquido en los pulmones y sin apenas poder respirar. “Necesitaba atención las 24 horas, estar muy pendientes sobre todo los primeros días. Casi como si estuviera en una incubadora. La idea era que luego fuera a otro sitio, pero nos enamoramos de ella y de momento sigue con nosotros. Es buenísima y muy fuerte porque hubo momentos en que pensamos que no salía o que tenía neumonía porque los cachorros salieron empapados ”, dice.
Tras pasar el primer mes solo con biberón, Lumi ha empezado a tomer otros alimentos y, de momento, aunque la idea es que encuentre una familia de adopción, se queda donde está. “Nuestra asociación no tiene refugio y funcionamos con casas de acogida. Pero solemos esperar un mínimo de dos meses para entregarlos”, subraya.
Policía Foral, que se trasladó también esa misma noche a la población donde habían sido encontrados los cachorros, se entrevistó con la persona que había dado la voz de alarma y comprobó que los otros siete animales habían fallecido. Según detalló ayer en una nota de prensa, tras estudiar la información obtenida, las pruebas en el lugar y los datos de los censos caninos del entorno, se dirigieron a una explotación ganadera de Tierra Estella en la que podrían haber nacido los perros.
Tras entrevistarse con el responsable que afirmó tener varios canes -entre ellos una hembra que había dado a luz recientemente- comprobaron varias irregularidades en la vacunación antirrábica y tomaron muestras de ADN de la perra, que coincidió con el de los cachorros. Según explican, cambió de versión varias veces en el transcurso de la investigación y atribuyó en una de ellas lo ocurrido a una muerte accidental tras ser aplastados por una paca de paja. Finalmente, se le imputó un delito de maltrato de animales domésticos recogido en el artículo 337 del Código Penal. La causa se sigue ahora en un juzgado de instrucción de Estella, al que fueron remitidas las diligencias propias del atestado.